Los porteños esperan que transcurra el período pre-electoral con santa paciencia.
No hay propuestas. sólo frases huecas, al menos en la publicidad radial y las gigantografías pegadas a los buses o apiladas en Plaza Aníbal Pinto.
El sentimiento que se percibe es de apatía. Porque vienen a vestirse de porteños, viñamarinos que jamás han vivido en la zona.
Salvo un candidato joven, que fue presidente de la Federación de Estudiantes de la UPLACED y que es un vecino porteño, la mayoría son afuerinos, algunos sin merecer ni siquiera la postulación, ya que acá todos nos conocemos y sabemos cuando alguien no pasa la prueba de la blancura.
Por eso, talvez las niñas que se ganan sus pesitos repartiendo calendarios o posters de algunos candidatos, tienen unas caras de aburridas que no motivan a nadie.
Valparaíso sigue arrastrando el síndrome del clientelismo, de las oncecitas, de candidatos que suben a sonreirle a las señoras de los cerros, pero van muy acompañados y movilizados, porque si no se pierden.
Paciencia. vecinos, es por poco... y no olvide, dentro de la cámara secreta Ud. puede castigar a los culpables de la situación que vive el puerto.