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Movimiento de convergencia ciudadana en defensa de la cultura y la identidad de los espacios locales.
Movimiento cívico que procura la participación ciudadana en la gestión de la comuna de Valparaíso, Chile. Integrado por personas que residen en la ciudad y que tienen una vocación de servicio a la comunidad desde sus correspondientes visiones, profesiones o actividades. Es un grupo pluralista, democrático, que cree en la proyección de Valparaíso al mundo como una oportunidad de desarrollo para las personas que lo habitan.
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Conservación versus Turismo ¿verdad o falacia ?
Con cierta frecuencia surgen voces “autorizadas” que apelan a la existencia de una aparente contradicción entre estos dos conceptos: se trataría de instalar en los desprevenidos, una idea descabellada. Según algunos, conservar o proteger lugares se contrapondría con el desarrollo del turismo... ¡Qué peligroso concepto cuando los lugares a los que se alude forman parte del patrimonio público!
Si consideramos que nuestro país es signatario desde el año 72 de las convenciones internacionales de las Naciones Unidas, declarando obligación de los países la de conocer, valorar, conservar y preservar tanto su patrimonio como el de los demás, contribuyendo a la educación de la comunidad en su trascendencia, este hecho deja de ser trivial.
Tratándose de espacios y bienes públicos, la idea a ser instalada es, primero el conocimiento, o re-descubrimiento de estos sitios y sus habitantes, para luego cuidarlos, preservándolos del daño producido por una parte por el paso del tiempo o bien, de injurias infringidas por vándalos que no saben lo que tienen...o no les importa...justamente para acentuar la tan buscada diferencia con el resto del mundo, que es el atractivo de nuestros lejanos lugares.
Lo correcto, en consecuencia, es hoy más que nunca, por tanto: Conservación para el Turismo.
El concepto de patrimonio tiene que ver con nuestros modos de vida, y no solamente con el legado físico que hemos recibido del esfuerzo de generaciones anteriores. La perseverancia de nuestros ancestros, que, sobreponiéndose a duras realidades económicas, sísmicas, sociales y hasta geopolíticas, han hecho que nuestras tres ciudades vecinas entre sí, Valparaíso, Viña del Mar y Concón, se presenten en este comienzo del siglo XXI como una sola gran urbe frente al mar, sin límite topográfico entre ellas y habitada por valiente gente de esfuerzo.
Solamente la ignorancia podría ser, en consecuencia, una excusa aceptable para no promover la conservación de nuestro patrimonio. Sin embargo, la ignorancia deja de ser excusable cuando se trata de autoridades, ya que ellas sí que tienen la obligación ética y legal de saber de lo que hablan, cuando el tema el legado común y nos pertenece a todos...
Escribo estas palabras desde el dolor de ver una desgracia más en Valparaíso. En uno de los paseos más tradicionales de Valparaíso, han dejado convertido en muñón mutilado el otrora bellísimo pimiento a cuya sombra se regocijaban los visitantes y que aportaba alero a pintores de acuarelas y artesanos que se acurrucaban a sus pies. Plantado en 1890 por Isabel Pretot y su marido, Ernesto Fontaine, reflejaba una estética con estilo, con clase, encarnada en ese acto. “Se cayó de seco”, dicen, para justificar la pilatunada, “y rompió la baranda, por lo que hubo que cortarlo”...
¿Cuánta agua tiene que faltarle a un pimiento, árbol del desierto, para que llegue a secarse, me pregunto?
Siendo el Paseo Yugoslavo de propiedad municipal, es al Departamento de Parques y Jardines a quienes les correspondía esa labor, pero parece que se olvidaron de que un árbol como ese, también era patrimonio.
A lo mejor no lo saben, pero en Argentina, hay un manzano, debajo del cual durmió la siesta San Martín, y es un punto de atracción turística, obviamente y como tal es cuidado con esmero.
Valparaíso somos todos, también Concon y Viña del Mar. La asociatividad también debe darse frente a estas situaciones, en primer lugar para no repetir errores, y en segundo, para ayudar a repararlos.
Pero primero hay que reconocer la equivocación y luego, intentar reparar el desaguisado:
Ayúdennos a juntar voces para reponer el árbol, como una señal en la dirección correcta, a ver si las autoridades que tienen que ver con preservación del patrimonio siguen la huella...!!