viernes, diciembre 08, 2006

Chile abandona grupo de países probos por notoria alza del soborno

El Mostrador
7 de Diciembre del 2006

Según sondeo de Transparency International
Chile abandona grupo de países probos por notoria alza del soborno


La cantidad de personas que reconocieron haber corrompido a alguien subió de 3% a 7% en los últimos 12 meses, mientras que los partidos políticos mantuvieron la peor evaluación.




El número de personas que reconoció haber pagado sobornos más que se duplicó en el último año en Chile, desde 3% a 7%, de acuerdo al Barómetro Global de Corrupción elaborado por Transparency International.

Como consecuencia de esto, salió del grupo de países con menos de 3%, que conforman Austria, Canadá, Dinamarca, Fiyi, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Israel, Japón, Malasia, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Suecia, Suiza, Taiwán, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.

En cambio, Chile se encuentra ahora en el rango de entre 6% y 15%, junto con Argentina (6%), Luxemburgo (6%), Hong Kong (6%), Colombia (7%), Croacia (7%), Bulgaria (8%), Panamá (8%), Rusia (8%), Macedonia (9%), Tailandia (10%), India (12%), Kosovo (12%), Serbia (13%) y Pakistán (15%).

En tanto, entre 16% y 40% exhibieron Bolivia, Congo, República Checa, República Dominicana, Grecia, Indonesia, Kenia, México, Moldavia, Nigeria, Paraguay, Perú, Filipinas, Rumanía, Senegal, Ucrania y Venezuela. Finalmente, con más del 40% se ubicaron Albania, Camerún, Gabón y Marruecos.

Corrupción en instituciones políticas

En la afirmación de que “la corrupción afecta a la vida política en gran medida”, los encuestados nacionales pusieron al país en el grupo de entre 51% y 70%, con naciones como Albania, Argentina, Bulgaria, Croacia, Francia, Gabón, Hong Kong, Indonesia, Israel, Italia, Kenia, Macedonia, México, Nigeria, Perú, Paraguay, Filipinas, Polonia, Portugal, Rumanía, Sudáfrica, Rusia, Senegal, España, Turquía, UK, Ucrania y Estados Unidos.

En Chile, las instituciones peor evaluadas en ese sentido, en un rango de 1 a 5, fueron los partidos políticos (3,9), el Congreso y el “sistema legal/judicial” (ambos con 3,8) y el ítem “negocios/sector privado” (3,6). Las mejores percepciones las tuvieron las ONG (2,6), servicios médicos y entidades religiosas (2,7), mientras que con 2,8 fueron calificados tres: Hacienda, “sistema educativo” y “servicio de registro y permiso”.

Esta misma tendencia se mantuvo a nivel mundial, dado que los partidos políticos y los parlamentos son percibidos como las instituciones más corruptas, seguidas de las empresas y la policía, indicó el organismo.

Con más de 70% aparecieron Bolivia, Camerún, Grecia, Corea del Sur, Taiwán, mientras que en el rango 31%-50% se situaron Canadá, Colombia, Congo-Brazzaville, República Checa, República Dominicana, Fiyi, Alemania, Islandia, India, Japón, Kosovo, Moldavia, Marruecos, Pakistán, Panamá, Serbia, Singapur, Tailandia y Venezuela.

En tanto, donde se percibió entre 30% y 11% fue en Austria, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Malasia, Países Bajos, Noruega, Suecia y Suiza.

Conclusiones de Transparency International

En general, los resultados demuestran que en todos los países las personas perciben la corrupción como un problema muy importante. Aunque se observan diferencias entre países sobre la medida en que se sufre la corrupción en la vida cotidiana, existe la percepción generalizada de que los poderes que se confieren a las instituciones para representar el interés público, de hecho, se utilizan en beneficio propio.

Debido a que el pago de sobornos se detecta principalmente en los países más pobres, los efectos negativos de estas prácticas perjudican más a aquellos que menos pueden permitírselas. En estos países, el mal uso de los fondos públicos afecta principalmente al dinero que debería destinarse al agua potable, a las escuelas y a la atención sanitaria.

Los riesgos para la vida son reales y aquellos que pueden cambiar las cosas deben actuar. Sin embargo, hasta la fecha, en la mayoría de los países del mundo se considera que las iniciativas de los gobiernos para combatir la corrupción han sido mediocres e ineficaces.

Los encuestados de todos los países creen que la corrupción afecta en gran medida a sus vidas y, por encima de todo, se muestran preocupados por el papel que desempeñan los partidos y los representantes políticos para abordar la corrupción. El reto de los líderes políticos sigue siendo el de demostrar que no están fomentando estas prácticas corruptas, sino que hacen auténticos esfuerzos por promover la transparencia, la responsabilidad y la integridad en las sociedades de todo el mundo.



Movimiento de convergencia ciudadana en defensa de la cultura y la identidad de los espacios locales.

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