17 de Marzo de 2008
Miguel Paz El Mostrador.
Ricardo Halabí, ex director de IndapVersiones de prensa sindican al abogado DC como parte del círculo chico en el que la ministra de Educación ha diseñado su defensa comunicacional y política por el caso Subvenciones. Algo de experiencia tiene, pues la Cámara y la Contraloría investigaron pagos de sobresueldos y negligencias en la supervisión de créditos por $ 11.000 millones durante su gestión en el Instituto de Desarrollo Agropecuario.
Miguel Paz El Mostrador.
Ricardo Halabí, ex director de IndapVersiones de prensa sindican al abogado DC como parte del círculo chico en el que la ministra de Educación ha diseñado su defensa comunicacional y política por el caso Subvenciones. Algo de experiencia tiene, pues la Cámara y la Contraloría investigaron pagos de sobresueldos y negligencias en la supervisión de créditos por $ 11.000 millones durante su gestión en el Instituto de Desarrollo Agropecuario.
La noche del jueves pasado, el abogado Ricardo Halabí Caffena participó en una cena en el restaurante Divertimento en honor a la ministra de Educación, Yasna Provoste. Al lugar asistió el ex presidente Aylwin, representantes de la mesa falangista y se leyó un saludo de Ricardo Lagos en el que solidariza con la funcionaria, que enfrenta una acusación constitucional y una eventual destitución.
“Es un honor trabajar con esta gran servidora pública”, dice Halabí a El Mostrador.cl. Militante histórico de la DC, muy cercano al embajador Rafael Moreno, arribó al Mineduc en 2006 y es sindicado como uno de los profesionales que la ayudó a diseñar su defensa sobre el destino de $ 261.000 millones que la seremi metropolitana no ha podido respaldar con documentos ante la Contraloría.
Halabí, cuya asesoría se constata en la página web del ministerio, dice que sus temas de trabajo han sido municipales, pero su labor se extiende, según consta en la repartición pública, “para lo que estime la autoridad”.
Lo cierto es si hay alguien que sabe de acusaciones e indagatorias es él. En 2002 y 2003, enfrentó como director del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) un escenario casi calcado al que ahora vive Provoste.
Entre la Contraloría y la comisión investigadora
El 9 de abril de 2001 Halabí fue nombrado director de esta poderosa repartición pública, clave para el trabajo político en zonas agrícolas. Según confidenció años más tarde el ex ministro de Agricultura Jaime Campos, cuando lo nombró en el cargo el presidente Ricardo Lagos llamó al abogado y le dijo “ésta es la última oportunidad de salvar a Indap, Ricardo”.
Recién llegado al cargo, Halabí enfrentó una investigación de la Contraloría sobre los manejos de su predecesor Luis Marambio que concluyó con su remoción debido a pérdidas de patrimonio fiscal por “a lo menos $ 900 millones”.
Además, una comisión investigadora creada por la Cámara de Diputados para indagar los créditos y subsidios entregados por Indap estableció el 6 de marzo de 2002 una serie de irregularidades, negligencia en el manejo de los recursos y falta de celo que podría provocar $30 mil millones en perdidas para el Fisco, debido a préstamos impagos.
La senadora Evelyn Matthei, principal promotora de las denuncias sobre irregularidades en Indap, recuerda a Halabí como un tipo “simpático, aunque no sé si eficiente”. En aquella época, asegura la senadora de la UDI, tuvo muchas peleas con él. “Yo quería que se investigaran las irregularidades para atrás pero Halabí se oponía, pese a que eran todas acusaciones sobre el anterior director”, explica.
En 2003, un año después de los lapidarios informes de Contraloría y la Cámara, el tema resurgió. En dos oficios remitidos a Halabí el 26 de marzo de 2003, el contralor Gustavo Schiolla le pidió al director de Indap que explicara por qué “el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, contrató a honorarios, con dineros del propio Indap, a seis jefes de departamento”. La arista que Schiolla buscaba aclarar era la de eventuales sobresueldos con platas de Indap, organismo que a la fecha concentraba casi la mitad del presupuesto del Ministerio de Agricultura. En los documentos, el contralor además consignó que los funcionarios del IICA tendrían que devolver los fondos cuestionados.
A ello se sumó una nueva comisión investigadora de la Cámara que señaló que el Indap “otorgó créditos sin sujeción a sus normas reglamentarias e incurrió en falta de control y de seguimiento de los créditos otorgados”. Dicho en castellano, el Indap pasó plata a personas que no estaban en condiciones de cumplir. Debido a ello, indicaron los diputados, podría haber una perdida patrimonial de “alrededor de $ 11 mil millones, en la medida que los créditos concedidos no puedan ser cobrados a las empresa deudoras”.
La caja negra
De todo lo anterior hablaba un reportaje de la periodista Alejandra Matus titulado La caja negra del Indap que Ricardo Halabí intentó parar, y que gatilló la renuncia del equipo dominical del diarioLa Nación el 24 de mayo de 2003.
El abogado DC no sólo había integrado el directorio de la empresa periodística. También había sido uno de sus accionistas privados preferentes, a través de la sociedad de inversiones Colliguay. Esta sociedad de inversiones fue creada en septiembre de 1991 y al mes siguiente ya era dueña de un tercio de la sociedad anónima La Nación, que cuenta con el Diario Oficial, el diario La Nación y la imprenta Puerto Madero.
Cuál fue el valor exacto que pagaron los tres socios: Juan Cavada, un socialista que a poco andar vendió su parte; Enrique Alcalde, un abogado vinculado a la UDI que ahora lucha contra el proyecto Hidroaysén; y Ricardo Halabí, es un misterio. Halabí no quiso dar una cifra pero una fuente que conoció las tratativas de cerca asegura que el pago por el 30 por ciento de la empresa periodística bordeó los 25 millones de pesos. Más tarde, cuando se convirtió en director del Fosis, Halabí decidió deshacerse de su parte de Colliguay. ¿En cuánto vendió? No quiso indicarlo.
Halabí sí contó que en su período a cargo del Fosis fue cuando conoció a la entonces gobernadora de la Tercera Región Yasna Provoste. Siguieron encontrándose en actos oficiales cuando ella se convirtió en titular de Mideplan y volvieron a verse cuando Provoste pasó de la fundación Integra a encabezar el ministerio de Educación y Halabí arribó como asesor.
Según el senador Nelson Ávila, otro de los parlamentarios que pidió investigar en 2003 al Indap, fueron gestiones de La Moneda las que consiguieron bajarle el perfil a la segunda comisión investigadora de diputados del caso Indap. “Se acreditaron muchas de las irregularidades pero algo pasó ahí que no se profundizó en aspectos que correspondía indagar con acuciosidad”, dice aludiendo al peso del “factor Ricardo Lagos”: otro punto en común, además de la militancia DC, de las vidas cruzadas de Ricardo Halabí y Yasna Provoste.
El fallido salto al parlamento
En agosto de 2005 Halabí renunció al Indap para intentar una carrera política en el Congreso. Su contendor en la elección de diputados de diciembre de ese año, el PPD Enrique Jaramillo, todavía recuerda la escena de Halabí diciéndole a sus electores de Río Bueno que Jaramillo tenía un cáncer terminal y que venía a reemplazarlo. “Se portó muy mal. Usó artimañanas que ahora no le pueden ayudar a la ministra Provoste. Un hombre que actúa así no puede ser un buen asesor de nadie”, señala.
Una opinión similar tuvo entonces el socialista Fidel Espinoza, quien ha defendido a Provoste en la Cámara por el caso subvenciones. En 2005 el diputado Espinoza buscaba la re-elección por el distrito 56 y envió una carta al intendente Jorge Vives donde acusó “intervención electoral” de funcionarios vinculados a la DC. Además, señaló que su colega Jaramillo “está abiertamente siendo perjudicado por la instrumentalización efectuada con organismos del propio Gobierno como Indap, de parte del ex director, y hoy candidato, Ricardo Halabí”.
Tras su caída electoral, Halabí volvió a ejercer como abogado y se dedicó a dictar clases en la Universidad La República. Un ex colaborador suyo en Indap dice que como no tenía muchos clientes y le quedaba tiempo libre “era frecuente que él pasara a saludar y a preguntar por los problemas del personal”. Prueba de ello, cuenta que en una de sus visitas Halabí supo que a una de las secretarias de Indap se le había muerto su madre. “La acompañó todo el día y le ayudó con los trámites del funeral”, dijo.
Uno de sus amigos más cercanos perfila a Halabí como un tipo “muy querido porque tiene el chiste a flor de boca. Básicamente es un gallo muy transparente. No es parte de máquinas o complots. Al contrario, es un hombre transversal”.
Vea además
Informe Indap 2002
Informe Indap 2003
“Es un honor trabajar con esta gran servidora pública”, dice Halabí a El Mostrador.cl. Militante histórico de la DC, muy cercano al embajador Rafael Moreno, arribó al Mineduc en 2006 y es sindicado como uno de los profesionales que la ayudó a diseñar su defensa sobre el destino de $ 261.000 millones que la seremi metropolitana no ha podido respaldar con documentos ante la Contraloría.
Halabí, cuya asesoría se constata en la página web del ministerio, dice que sus temas de trabajo han sido municipales, pero su labor se extiende, según consta en la repartición pública, “para lo que estime la autoridad”.
Lo cierto es si hay alguien que sabe de acusaciones e indagatorias es él. En 2002 y 2003, enfrentó como director del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) un escenario casi calcado al que ahora vive Provoste.
Entre la Contraloría y la comisión investigadora
El 9 de abril de 2001 Halabí fue nombrado director de esta poderosa repartición pública, clave para el trabajo político en zonas agrícolas. Según confidenció años más tarde el ex ministro de Agricultura Jaime Campos, cuando lo nombró en el cargo el presidente Ricardo Lagos llamó al abogado y le dijo “ésta es la última oportunidad de salvar a Indap, Ricardo”.
Recién llegado al cargo, Halabí enfrentó una investigación de la Contraloría sobre los manejos de su predecesor Luis Marambio que concluyó con su remoción debido a pérdidas de patrimonio fiscal por “a lo menos $ 900 millones”.
Además, una comisión investigadora creada por la Cámara de Diputados para indagar los créditos y subsidios entregados por Indap estableció el 6 de marzo de 2002 una serie de irregularidades, negligencia en el manejo de los recursos y falta de celo que podría provocar $30 mil millones en perdidas para el Fisco, debido a préstamos impagos.
La senadora Evelyn Matthei, principal promotora de las denuncias sobre irregularidades en Indap, recuerda a Halabí como un tipo “simpático, aunque no sé si eficiente”. En aquella época, asegura la senadora de la UDI, tuvo muchas peleas con él. “Yo quería que se investigaran las irregularidades para atrás pero Halabí se oponía, pese a que eran todas acusaciones sobre el anterior director”, explica.
En 2003, un año después de los lapidarios informes de Contraloría y la Cámara, el tema resurgió. En dos oficios remitidos a Halabí el 26 de marzo de 2003, el contralor Gustavo Schiolla le pidió al director de Indap que explicara por qué “el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, contrató a honorarios, con dineros del propio Indap, a seis jefes de departamento”. La arista que Schiolla buscaba aclarar era la de eventuales sobresueldos con platas de Indap, organismo que a la fecha concentraba casi la mitad del presupuesto del Ministerio de Agricultura. En los documentos, el contralor además consignó que los funcionarios del IICA tendrían que devolver los fondos cuestionados.
A ello se sumó una nueva comisión investigadora de la Cámara que señaló que el Indap “otorgó créditos sin sujeción a sus normas reglamentarias e incurrió en falta de control y de seguimiento de los créditos otorgados”. Dicho en castellano, el Indap pasó plata a personas que no estaban en condiciones de cumplir. Debido a ello, indicaron los diputados, podría haber una perdida patrimonial de “alrededor de $ 11 mil millones, en la medida que los créditos concedidos no puedan ser cobrados a las empresa deudoras”.
La caja negra
De todo lo anterior hablaba un reportaje de la periodista Alejandra Matus titulado La caja negra del Indap que Ricardo Halabí intentó parar, y que gatilló la renuncia del equipo dominical del diarioLa Nación el 24 de mayo de 2003.
El abogado DC no sólo había integrado el directorio de la empresa periodística. También había sido uno de sus accionistas privados preferentes, a través de la sociedad de inversiones Colliguay. Esta sociedad de inversiones fue creada en septiembre de 1991 y al mes siguiente ya era dueña de un tercio de la sociedad anónima La Nación, que cuenta con el Diario Oficial, el diario La Nación y la imprenta Puerto Madero.
Cuál fue el valor exacto que pagaron los tres socios: Juan Cavada, un socialista que a poco andar vendió su parte; Enrique Alcalde, un abogado vinculado a la UDI que ahora lucha contra el proyecto Hidroaysén; y Ricardo Halabí, es un misterio. Halabí no quiso dar una cifra pero una fuente que conoció las tratativas de cerca asegura que el pago por el 30 por ciento de la empresa periodística bordeó los 25 millones de pesos. Más tarde, cuando se convirtió en director del Fosis, Halabí decidió deshacerse de su parte de Colliguay. ¿En cuánto vendió? No quiso indicarlo.
Halabí sí contó que en su período a cargo del Fosis fue cuando conoció a la entonces gobernadora de la Tercera Región Yasna Provoste. Siguieron encontrándose en actos oficiales cuando ella se convirtió en titular de Mideplan y volvieron a verse cuando Provoste pasó de la fundación Integra a encabezar el ministerio de Educación y Halabí arribó como asesor.
Según el senador Nelson Ávila, otro de los parlamentarios que pidió investigar en 2003 al Indap, fueron gestiones de La Moneda las que consiguieron bajarle el perfil a la segunda comisión investigadora de diputados del caso Indap. “Se acreditaron muchas de las irregularidades pero algo pasó ahí que no se profundizó en aspectos que correspondía indagar con acuciosidad”, dice aludiendo al peso del “factor Ricardo Lagos”: otro punto en común, además de la militancia DC, de las vidas cruzadas de Ricardo Halabí y Yasna Provoste.
El fallido salto al parlamento
En agosto de 2005 Halabí renunció al Indap para intentar una carrera política en el Congreso. Su contendor en la elección de diputados de diciembre de ese año, el PPD Enrique Jaramillo, todavía recuerda la escena de Halabí diciéndole a sus electores de Río Bueno que Jaramillo tenía un cáncer terminal y que venía a reemplazarlo. “Se portó muy mal. Usó artimañanas que ahora no le pueden ayudar a la ministra Provoste. Un hombre que actúa así no puede ser un buen asesor de nadie”, señala.
Una opinión similar tuvo entonces el socialista Fidel Espinoza, quien ha defendido a Provoste en la Cámara por el caso subvenciones. En 2005 el diputado Espinoza buscaba la re-elección por el distrito 56 y envió una carta al intendente Jorge Vives donde acusó “intervención electoral” de funcionarios vinculados a la DC. Además, señaló que su colega Jaramillo “está abiertamente siendo perjudicado por la instrumentalización efectuada con organismos del propio Gobierno como Indap, de parte del ex director, y hoy candidato, Ricardo Halabí”.
Tras su caída electoral, Halabí volvió a ejercer como abogado y se dedicó a dictar clases en la Universidad La República. Un ex colaborador suyo en Indap dice que como no tenía muchos clientes y le quedaba tiempo libre “era frecuente que él pasara a saludar y a preguntar por los problemas del personal”. Prueba de ello, cuenta que en una de sus visitas Halabí supo que a una de las secretarias de Indap se le había muerto su madre. “La acompañó todo el día y le ayudó con los trámites del funeral”, dijo.
Uno de sus amigos más cercanos perfila a Halabí como un tipo “muy querido porque tiene el chiste a flor de boca. Básicamente es un gallo muy transparente. No es parte de máquinas o complots. Al contrario, es un hombre transversal”.
Vea además
Informe Indap 2002
Informe Indap 2003
Movimiento de convergencia ciudadana en defensa de la cultura y la identidad de los espacios locales.
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