Movimiento cívico que procura la participación ciudadana en la gestión de la comuna de Valparaíso, Chile. Integrado por personas que residen en la ciudad y que tienen una vocación de servicio a la comunidad desde sus correspondientes visiones, profesiones o actividades. Es un grupo pluralista, democrático, que cree en la proyección de Valparaíso al mundo como una oportunidad de desarrollo para las personas que lo habitan.
domingo, abril 01, 2007
Valparaíso, la ciudadanía de pie y el populismo contraataca
Defendiendo la dignidad de una ciudad histórica
El Comando de Defensa de Valparaíso ha sido el resultado de la convergencia de distintas organizaciones sociales y de personas con un alto compromiso democrático. Ciudadanos por Valparaíso, Foro Valparaíso Posible, Movimiento Confianza, Valparaíso Nuestro, los sindicatos portuarios y aduaneros, la CUT provincial, son algunas de esas organizaciones.
Desde el inicio de esta larga y persistente brega en contra del caciquismo y la corrupción, el Comando de Defensa de Valparaíso fue enfrentando y denunciando las acciones retorcidas del cuestionable Alcalde Pinto, las vinculaciones que se daban entre la Fundación Valparaíso y la Empresa Puerto de Valparaíso.
Fue en el año 2003 cuando con decisión y un común amor por la ciudad y su historia, los fundadores del movimiento dirigimos sendas cartas a UNESCO y al BID, alertando a estos organismos de las maniobras que se venían dando para utilizar indebidamente los fondos que recibiría la ciudad por haber sido nominada Patrimonio de la Humanidad.
Con ello, más consultas a la Contraloría, los ciudadanos demostraron que el camino de la participación ciudadana no era una aspiración abstracta sino efectiva, que finalmente puso en jaque a un municipio que arrastraba una historia de corruptelas, las cuales culminaron en una denuncia a los tribunales, por malversación de fondos municipales, que debió realizar el propio nuevo Alcalde Aldo Cornejo en contra de su antecesor y compadre, Hernán Pinto Miranda.
Para quienes creen que Chile limita con el Mapocho, debo relatar que en la ciudad de Valparaíso, la ciudadanía organizada está poniendo freno, en el caso del Proyecto de Borde Costero, a la acción de aquellos intereses que comúnmente se denominan como poderes fácticos, que se articulan transversalmente para torcerle la nariz a la ley y actuar con ambición irrefrenable y con la impunidad de quienes creen que, por tener influencias en el sistema, pueden engañar eternamente al pueblo.
Ana Fullerton y Mauro Darmazo han sido los jóvenes y valientes abogados que han representado a los ciudadanos del Comando de Defensa en una serie de recursos en contra de la EPV, por vicios de nulidad en la modificación del plano regulador de la ciudad; por el indebido traspaso de Fonasa a la EPV de un terreno en el alto del puerto, legado por Federico Santa María a la ciudad para convertirse en un pulmón verde.
Lo increíble es que, nuevamente, el cuestionado ex faraón de la comuna, quien supo usar el peso negociador de sus votantes frente a la clase política nacional; el mismo que mantuvo una serie de activistas rentados en todos los cerros de Valparaíso; el mismo que dejó una herencia de deudas previsionales en el municipio, ahora, ese mismo personaje se viste con piel de oveja y busca proyectar la imagen de “alcalde de los pobres” nada menos que en alianza con su antes acérrimo adversario, Eugenio Tiqui Tiqui González, dueño de la Radio Congreso del puerto.
En un programa radial de esa emisora, en el cual extrañamente estuvo también el Intendente Iván de La Maza, se planteó el supuesto aporte del político Pinto a Valparaíso. Lo cual despierta nuevas suspicacias, ya que esta trilogía de personajes da la sensación que el pragmatismo se aleja cada día más de la ética pública. Parece que se olvidaron de que hubo que vender bienes de uso público de la ciudad, como el Velódromo, el Estadio Valparaíso o el Parque Alejo Barrios, para poder cubrir la grave deuda de arrastre que tuvo que asumir el Alcalde actual, que ha estado a punto de ir preso por la herencia que le dejó su ex compadre y camarada.
La probabilidad siquiera remota de que nuevamente Pinto pueda volver a la vida pública es una señal de alta peligrosidad para la ciudadanía. Constituiría el regreso de una fuerza nefasta para la ciudad, un retorno a las formas más inescrupulosas de hacer política. Sería la irrupción de un populismo que evidenció las peores prácticas en el Municipio, como lo demuestra, entre tantos casos, el hecho que haya autorizado la instalación de una bomba de bencina, una estación de servicio de alto riesgo, a una firma de colectiveros, en medio de un barrio residencia y patrimonial, a pasos del centro cívico de la ciudad.
Quizás las causas en su contra puedan prescribir, pero se nota con inquietud que hay una apuesta mediática a la amnesia y a la manipulación de los pobres de la ciudad, que son muchos y se acuerdan, en sus carencias, de las escaleras o los columpios que les dejó el gordo.
Desde la clase media, desde este sitial crítico de quienes están comprometidos con la ciudad, surge una alerta ante el riesgo ético de que este personaje nuevamente pretenda participar en la vida pública. El solo hecho de que haya tenido una tribuna como la que le dio Radio Congreso, es una señal de la crisis moral profunda que remece a una ciudad desesperada, donde la corrupción se ha enseñoreado por décadas y los escándalos por desvíos de fondos para la generación de empleos han dejado en cuestionamiento a otros próceres locales, como el antiguo contador de Pinto, Uziel Valle, a la diputada Laura Soto y al diputado Rodrigo González. Es como pasar una lista a situaciones escandalosas que difícilmente se agota en esos nombres. Frente a eso, el concejal Eugenio González ha hecho una ofensa a la verdad, cuando desplegó elogios, alabando a Pinto como “el alcalde que había hecho mucho por Valparaíso”. Extrañas declaraciones de alguien que debió renunciar a la Democracia Cristiana precisamente porque el faraón del partido no aceptó que él integrara una lista como candidato a concejal. Extraña voltereta de alguien que se integró al municipio pasando desde la DC a RN y a la UDI, cada vez más a la derecha.
El caudillismo amenaza nuevamente al sufrido Valparaíso y demuestra que hay ocupación cívica para rato y que los ciudadanos honestos, como los que integramos el Comando de Defensa, deberemos seguir alertas, pues la política local parece volver a los peores estilos de compadrazgo.
En el tema del Borde Costero, hasta la fecha se ha podido parar el negociado que pretendía consumarse con un nuevo cambio al plano regulador para que la firma del mall pudiera construir sus torres y rentabilizar su negocio a costa de la vista al mar de toda la ciudad.
Refrescando la memoria, señalemos que cuando se habla del comienzo del mega proyecto del borde costero se debe recordar que fue el viejo Alcalde Hernán Pinto quien convenció a Lagos, entonces Ministro de Obras Publicas, para descartar el ingreso norte al puerto, que bajaría por Cabritería, y despejar aí el espacio del borde, con la intención manifiesta de implantar un negocio inmobiliario privado.
Nadie ha auditado el período Pinto en el Municipio y muchos hechos bochornosos se van borrando de la retina. Para tranquilidad de la gente, el Comando de Defensa de Valparaíso se mantiene alerta y es un espacio conquistado para la dignidad de la ciudad, para erradicar la corrupción, para traer transparencia a esta comunidad que ha padecido por décadas la acción inescrupulosa de ídolos con pies de barro.
http://bordecostero.info/
Movimiento de convergencia ciudadana en defensa de la cultura y la identidad de los espacios locales.
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